Cabalgando con Jorge Aviña (entrevista)

Por Everardo Ferrer y Jorge Tovalín. Publicada originalmente en Comikaze #26 (diciembre de 2014).

 

El arte del maestro Jorge Aviña es reconocido mundialmente, sobre todo por sus portadas para El Libro Vaquero; sin embargo, la gran calidad de su trabajo le ha permitido que, a diferencia de otros destacados artistas mexicanos, sus ilustraciones hayan logrado llegar más allá de la historieta popular, convirtiéndose en el artista más buscado por muchos. Cual si fuéramos cazadores de recompensas de un viejo western, nos dimos a la tarea de buscarlo para hacerle una entrevista. Corrimos con suerte y estos son los resultados.

¿Cuánto tiempo tiene en el medio de la historieta, maestro?

Profesionalmente, ya tengo 53 años. Los cumplí por ahí de septiembre.

Entonces comenzó muy joven. ¿Cómo entró al medio?

Entré a la historieta porque un medio hermano mío era historietista y trabajaba en “Chamaco” y en “Pepín”. Yo lo acompañaba a dejar su trabajo a “Pepín”, cuando tenía 10 años. Él me puso a trabajar a los 15 años, cuando me inicié como fondista de la técnica de medio tono. Entonces se usaba el fotomontaje; yo hacía los fondos y luego borraba lo que se ensuciaba de la foto. El título en el que comencé era “Casos reales del FBI”, de Editorial Sol, lo recuerdo bien.

¿Cuál fue su formación artística? ¿Fue empírica o tomó algún tipo de clase?

Fue empírica. En realidad se conjuntó la necesidad y la oportunidad. Desde niño veía que mi papá pintaba paisajes, así que yo agarraba sus pinceles y comenzaba a manchar cartones. Nunca tuve oportunidad de estudiar dibujo. Lo he estudiado en libros, al igual que la anatomía, y practicando mucho. Creo que hoy soy un artista más completo que antes.

Y como ilustrador, que es la faceta que más se reconoce su trabajo, ¿en qué título y cómo empezó?

Fue en “Mini Historias” de Editorial Vid, hace como 40 años, donde me dieron oportunidad de hacer mis portadas, mientras también me encargaba de hacer los fondos junto con Antonio Gutiérrez, el dibujante de “Lágrimas y Risas”.

¿Cómo llegó la oportunidad de hacer esas portadas? ¿Por qué se la ofrecieron si usted hacía los fondos?

Porque yo iba a entregar los cartones de “Lágrimas y Risas” a Editorial Vid, donde me conocían, pues yo hacía los fondos de revistas como “Fuego”, además de otros títulos. Entonces me gustaba ver cómo hacían sus trabajos artistas como Luis Rey u Orozco, y vi que yo podía hacerlo, así que le comenté a alguien de la editorial, quien me pidió muestras. A los ocho días regresé con tres portadas y así comencé. Pero ya antes había pintado escenografías con Antonio Gutiérrez para un proyecto de animación de Memín Pinguín y de Tawa. Siempre me gustó el color.

Un título que sin duda tenía el sello característico de Jorge Aviña era Denuncia!

Sí, lo publicaba una editorial llamada Cuatro Editores. Fue de mis primeros trabajos. Hice como 700 portadas para el título, que era semanal y contó con dibujo de artistas como Juan Alba (“El Pantera”).

Luego siguió su trabajo en los Sensacionales, para los que usted pintaba una especie de teasers, con avances de la trama.

En general hice todos los avances de “Sensacional de Barrios”, que fue un exitazo que daba muchas regalías. Ahí trabajé hasta el número 33, pues me mudaron a otro proyecto. Imagino que el cambio fue porque mi trabajo funcionaba y por eso me cambiaban a otro título. Pero lo importante es que siempre hubo trabajo.

Su calidad lo llevó a convertirse para el público en el ilustrador de El Libro Vaquero. El western  mexicano le debe mucho a usted. Ahí está también su paso por títulos como El Solitario y Aventuras de Vaqueros, también.

Sí, ese trabajo en “El Libro Vaquero” ha tenido mucho éxito. Llevé a una exposición en la Galería Joan Prats, de Barcelona, portadas de “El Libro Vaquero”, y fueron la sensación, lo que llevó a que se instalaran dos exposiciones de mis portadas en Praga. Y ahora está la idea de exponer en Londres o en París. En México ya exhibimos una muestra de portadas en el Foro Shakespeare, por invitación de Bruno Bichir.

¿Cuál fue el reto de pintar tantas portadas del género western? ¿Cómo no aburrirse del género y no repetir la fórmula en las portadas? ¿Cómo se documentaba?

Se trataba de un Oeste un tanto fantasioso, así que acordé con mi editor en crear muchachas muy atractivas para las portadas. Y siempre “había tema”, pues teníamos argumentistas muy buenos, que daban mucha variedad, pues a veces el vaquero era el malo y en otras ocasiones el indio era el bueno. En cuanto a la documentación, usaba fotos y compraba libros de diversos pintores, entre ellos Remington. Con el tiempo fui asimilando todo lo relacionado con el Oeste, además de que pasé años viendo películas del género.

Antes de su llegada, las portadas del título eran genéricas, pero con usted ya se basaron en el argumento.

Sí, yo leía todo el episodio ya dibujado, tras lo que le mostraba una propuesta al editor y tras ello pintaba la portada.

La mayoría de los dibujantes trazan mujeres imposibles, pero usted siempre se apoyó más en la belleza de los rostros que en los cuerpos voluptuosos.

Me documentaba mucho. Cada que iba a Estados Unidos me traía un altero de especiales de “Playboy”, de donde sacaba a mis modelos. No las hacía iguales, le iba variando. Algo que no me gustaba era que mis compañeros siempre dibujaran mujeres rubias y de cabello largo.

En la primera mitad de su carrera, ¿cuándo y dónde se pagaba mejor el trabajo de portadista?

Hace como 25 años se pagaba muy bien y cobrábamos regalías. ¡Yo tenía la facilidad de pintar hasta ocho portadas a la semana! Creo que fui el más rápido de esa época. Hace como 30 años me fui a vivir a Puebla un tiempo, pero eso no funcionó, pues entonces tenía que entregar físicamente las portadas y perdía mucho tiempo en los viajes, así que regresé al Distrito Federal.

Usted ha tenido el privilegio de pocos artistas del medio: ver su trabajo publicado en las portadas de diferentes editoriales al mismo tiempo.

Claro, recuerdo que trabajaba en Novedades, Mango y Ejea al mismo tiempo, pero no me decían nada, pues hacía cosas muy diferentes. Una exclusividad les hubiera costado, porque yo no podía dejar de ganar lo que recibía por esos trabajos.

Cuando volvió a Editorial VID ya no le tocó trabajar sólo en los fondos, sino hacer portadas de ediciones especiales, incluso de Memín Pinguín.

De hecho pinté muchas portadas para ediciones colombianas, brasileñas y filipinas de “Lágrimas y Risas”. Eran portadas de historias anteriores que, unos años después de impresas, se imprimían por primera vez para esos países. Sin querer, andaba uno internacionalizándose.

También le tocó trabajar con Fantomas, de manera independiente…

Fue muy poco lo que hice para “Fantomas”, recientemente. Hice la portada y algunas ilustraciones para el libro de Martré (la novela “El regreso de Fantomas”), así como unos cartones para la UAM Xochimilco. Pero fue poco. En cambio, con lo de “Memín” fue el mismo Manelick de la Parra quien me llamó para pedirme que dibujara la portada y los interiores de las ediciones del Bicentenario de la Independencia y la Revolución. Yo no había hecho historieta sino hasta ese momento. Fueron las dos primeras que hice, hace pocos años. Desde entonces dibujé una historieta de la Independencia para El Colegio de México, publicada por Editorial Océano, así como varios cómics sobre prevención de la violencia para la Secretaría de Salud.

Además ha dibujado temas tan escabrosos como el fallido intento de llevar a la Santa Muerte a la historieta.

Sí, nos invitó un señor del rumbo de Tepito, quien quería ser editor, pero su intento carecía de organización, así que solamente hice un par de portadas para el proyecto. Era una época en la que la historieta andaba con muchos problemas.

Platíquenos de su faceta como dibujante de humor político.

Trabajé en la revista “Siempre!” unos 15 años. Hice desde viñetas y hasta la portada, cuando la dejó Luis Carreño, por espacio de cinco años. También fui caricaturista en “El Universal” y en otros periódicos de provincia. Fue una etapa muy buena, hace como 18 años. La caricatura hace que uno se desenvuelva mucho y que el retrato salga más fácil.

Ahora me dedico a hacer temas de contenido social. Acabo de dibujar para el Estado de Querétaro un cómic sobre los juicios orales, y también me he dedicado mucho a ilustrar libros, incluso infantiles, en México y el extranjero. Además hago caricatura para empresas.

Pero también ha ilustrado portadas y booklets de discos de rock.

Sí, para diversas bandas. Con Los Estrambóticos hice una muy interesante, llamada “Lágrimas y Risas”, que incluía una historieta en el interior. También hice la escenografía urbana del programa “La familia Peluche”, así como la de una obra de Consuelo Duval. Y acabo de hacer el póster de la nueva película de “La India María”, pero se me olvidó firmar la pieza.

¿Hay algún personaje con el que le hubiera gustado trabajar?

Me hubiera gustado hacer las portadas de “Chanoc”, que se editó hace como 25 años en Novedades, pero no me lo ofrecieron. Por otro lado, al “Libro Vaquero” le debo mucho. Hay gente que me busca para que dibuje a su esposa o a sí mismos al estilo del “Libro Vaquero”.

Siendo tan reconocido por su dominio de las técnicas tradicionales, ¿qué tanto se apoya en programas digitales?

Uso Photoshop para limpiar, aclarar y contrastar los trabajos que mando. En sí no he dibujado con la computadora, pero ha sido útil para algunos detalles. Es una herramienta muy importante. No le tengo miedo a la tecnología, quiero aprender más.

Para terminar, ¿cuáles serían los ingredientes de la receta secreta para lograr una portada de lujo?

A mí me sigue emocionando sentarme cada día a dibujar, cuidar todos los detalles, pensar en el tipo de público al que va dirigido mi trabajo, ser hiperrealista, cuidar la composición, la entonación y en que el acabado sea lo mejor que se pueda.

Y así termina nuestro encuentro con el artista más buscado. Esta entrevista, así como nuestra portada western son la recompensa que compartimos gustosos con nuestros lectores, acompañadas de un sonoro ¡Yiiiiiiiiiiija!

 

Datos Comikaze

+En la actualidad, Jorge Aviña dedica una semana en promedio a cada una de las piezas que realiza por encargo.

+El maestro Aviña ha realizado diversos  retratos de destacados empresarios para las publicaciones de Editorial Expansión.

+Storyboard, retratos personales y corporativos, carteles, portadas, cómics gubernamentales, escenografía teatral e ilustración infantil para Europa son apenas algunas de sus ocupaciones actuales

+Entre sus trabajos más recientes destaca el arte realizado para el lanzamiento de las series Stranger Things y Club de Cuervos en México

Conoce más del maestro Aviña en el sitio https://www.jorgeavinailustrador.com/

Author: Everardo Ferrer

Everardo Ferrer es promotor y difusor de la cultura del cómic desde 1994, cuando publicó por primera vez El Factor Mutante en las páginas de la revista Códice Rock. Ha colaborado en las publicaciones especializadas más importantes que se han impreso en México: Súper Cómics, Noveno Arte, Comic Zone y Cenizas: Revista Narrativa Gráfica. Es socio fundador de Comikaze y fue el articulista más longevo de Grupo Editorial Vid, papel que repite en Editorial Kamite.

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