Estaba un día el Santos…

Por Eduardo Arredondo. Publicada originalmente en Comikaze #12 (abril de 2012).

 

Con esa célebre frase arrancaban las historias más alucinantes de uno de los personajes más cotorros que ha dado la historieta mexicana. Obviamente nos referimos al  Santos, creación de un par de jóvenes que firmaban con los pseudónimos de Jis y Trino, quienes junto con otros tantos moneros (término que lejos de ser despectivo, es un halago para ellos) hacían las delicias de más de uno en el suplemento Histerietas, publicado todos los domingos en La Jornada.

En esta ocasión, tuvimos el honor de platicar con el famoso monero tapatío José Trinidad Camacho, mejor conocido como Trino, quien a lo largo de su carrera ha arrancado carcajadas a los lectores que han seguido su paso por diarios y revistas o que han disfrutado alguno de los diversos libros de su autoría.

 

¿Quién era Trino antes de ser un monero tan afamado?

El hijo del doctor Camacho, estudiante del Instituto de Ciencias y amigo de los niños de mi cuadra, con quienes jugaba fútbol las tardes.

¿De dónde surgió la idea de dedicarte a esto? ¿A quiénes consideras tus más grandes influencias?

Siempre me ha gustado dibujar… me la pasaba haciendo monitos en los cuadernos. Siempre se me ha hecho más fácil sintetizar en un mono que escribir largos choros. Mis influencias son Quino, Sempé y por supuesto, el gran Rius.

¿Qué satisfacciones te ha dejado esta carrera?

Qué mayor satisfacción que el poder hacer lo que me gusta y vivir de ello…pero sobre todo, el haber conocido a mis ídolos por medio de la profesión, como son Sergio Aragonés, Rius y Quino.

 

 

Aunque ya habías publicado trabajos como Historias Paralelas o La Mamá del Abulón, no fue sino hasta la llegada del Santos que te catapultaste a la fama, junto con Jis. ¿Cómo surgió la dupla?

Jis y yo nos conocimos en el ITESO, en la universidad.

El Santos fue una idea mía, porque admiraba la lucha libre. Al principio no existía el personaje de La Tetona Mendoza, que se le ocurrió después a Jis. Ha de ser por eso que yo todavía no saltaba a la fama…ja, ja, ja.

Te puedo decir que la tira casi surgió “al alimón” y que fue publicada por primera vez en El Occidental.

Sabemos que ustedes usaban la técnica del cadáver exquisito para las tiras del Santos y que les funcionó de maravilla. ¿Cuáles son sus ventajas y desventajas?

El factor sorpresa siempre obliga al humor, más que una onda lineal. Esta técnica nos da chance de no repetirnos en ideas o chistes. Es un reto padre darle la vuelta a la propuesta del otro.

 

¿Los personajes que integran el universo del Santos les pertenecen a ambos?

Sí, definitivamente.

También sabemos que legado de El Enmascarado de Plata tiene un celoso guardián en su hijo. ¿Alguna vez tuvieron alguna clase de altercado con él por haber creado al Santos?

No habría porqué, pues el Santos es una caricatura, no un luchador de carne y hueso.

¿Cómo se dio tu salto de La Jornada a otros diarios?

En el momento en que Grupo Reforma me invitó a trabajar con ellos me gustó la idea y me cambié de diario.

Hay una infinidad de proyectos a los que has dado vida, entre ellos Fábulas de policías y ladrones, Don Taquero, El Rey Chiquito o Crónicas marcianas, por nombrar algunos. ¿Cuál te gusta más dibujar y por qué?

El Rey Chiquito es una tira que me gusta pues me da mucha risa que siga existiendo la monarquía en estos tiempos. Es una tira muy flexible, porque no se trata de un solo rey, sino de muchos, muy parecidos.

 

¿Cuál es tu inspiración al hacer tiras?

Me inspiro en mis recuerdos, en lo que pasa alrededor, en las noticias, en las películas chafas y en las series gringas de humor. Todo es un motivo, ya que según Margarita, mi mujer, “tengo la mente a pájaros”.

Platícanos de Historias desconocidas de la Independencia y la Revolución. ¿Es una crítica al sistema o sólo buscas que el lector pase un rato ameno?

Si lo lees, puedes darte cuenta de que no hay crítica, es puro pitorreo sobre la historia oficial. Ya habían salido muchos libros serios y documentados; el mío no lo es.

Finalmente ¿Qué les dirías a todas las personas que desean incursionar en la historieta humorística y vivir de ello?

Que el futuro no está en los periódicos, sino en los contenidos animados. Hay que tratar de desarrollar un estilo propio, y eso se logra dibujando mucho y tirando mucho a la basura.

¡Y claro, los invito a que escuchen La Chora Interminable, el programa que tengo con Jis, en www.radio.udg.mx todos los jueves de 9 a 10 de la noche!

 

Chécate esto

+Tinieblas: los cómics del Señor Misterio

Author: Eduardo Arredondo

De carácter complejo, pero bueno en el fondo, es lector de “cuentitos” desde antes de aprender a leer, un eterno enamorado del noveno arte en todas sus formas, así como un incansable promotor del mismo. Ha dado charlas sobre juguetes, coleccionables y cómics en escuelas, convenciones y alguno que otro evento. Confía más en los perros que en las personas.

Share This Post On

Submit a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *