Geof Darrow: la obsesión por el detalle

Por Jorge Cervantes. Publicado originalmente en Comikaze #27 (marzo de 2015).

 

En 1993 leía Spawn #11, de Image Comics. Al llegar a la parte central del ejemplar me topé con un póster desprendible en blanco y negro. En la imagen, el engendro satánico hacía equipo con dos robots (Big Guy y Rusty), entonces desconocidos para mí. El trío combatía a un gigante mecanizado.

El detalle en la imagen parecía no tener fin, pues con una línea precisa y limpia, el artista dibujó el más mínimo detalle de los automóviles, de innumerables mecanismos y de veintitantos transeúntes que observaban el combate desde el fondo. Un trabajo tan minucioso que para mí, aficionado a observar el arte ilustrado, fue tan perturbador como agradable. El nombre del ilustrador era Geof Darrow y aquella imagen ha sido una de mis favoritas desde entonces.

Darrow nació en 1955 en Cedar Rapids, Iowa. Estudió en la American Academy of Arts de Chicago, teniendo entre sus influencias más marcadas a Hergé, Jack Kirby, Osamu Tezuka y Jean Giraud, Moebius. En los 80 diseñó personajes para series animadas como Super Powers, Richie Rich, Pink Panther & Sons y Pac-Man, y aunque esto le ayudó mucho en la concepción tridimensional de personajes, nunca logró adaptarse al estilo gráfico sintético del estudio, además de que su objetivo era dedicarse a dibujar cómics.

 

A inicios de los años 80 ocurrió el evento de mayor trascendencia en la carrera de Darrow. Moebius llegó a Los Angeles para trabajar en el diseño conceptual de la película Tron, por lo que Darrow, a través de un conocido, trató de acordar una breve reunión con el artista francés. Esto funcionó mucho mejor de lo que esperaba, pues no sólo logró agendar una cita para conocer a Moebius, sino una cena juntos. Durante ésta, el artista francés le preguntó a Darrow a qué se dedicaba, por lo que le mostró su trabajo, que maravilló al maestro, quien lo invitó a trabajar juntos alguna vez. Darrow respondió a tal propuesta mudándose a Francia dos años más tarde.

En ese periodo, Darrow colaboró en la animación Internal Transfer, adaptación del universo de Arzach, y se encargó también de los lápices de ocho hermosas y detalladísimas ilustraciones que Moebius entintó y coloreó para un portafolio de tiraje limitado (apenas 500 copias), llamado La Cité Feu. De esta forma el estadounidense ingresó oficialmente al medio del discurso secuencial. En 1986 Darrow publicó en las páginas de la revista francesa Metal Hurlant la serie Comics and Stories, una colección de historias surrealistas protagonizadas por un personaje propio llamado Bourbon Thret, que sirvió para el lucimiento de las habilidades del dibujante.

 

Moebius lo presentó con el enfant terrible Frank Miller, quien ya era enormemente reconocido en el mercado estadounidense por The Dark Knight Returns y Elektra: Assassin. Darrow entabló amistad con él y con el tiempo planearon trabajar juntos. Indecisos sobre si hacer un nuevo proyecto con Daredevil, prefirieron realizar una miniserie de tres números llamada Hard Boiled, cuya primera entrega se publicó en 1990 en formato de álbum europeo.

Hard Boiled se desarrolla en un mundo futurista cuya apariencia se basa en la estética de los 50 y narra la historia de un recaudador de impuestos que únicamente quiere tener una vida normal, pero que resulta ser pieza clave en una rebelión de robots. Aunque el guión violentísimo de Miller se desarrolla vertiginosamente, la narrativa visual de Darrow marca un freno permanente, ya que las viñetas están llenas de detalles casi imposibles de pasar por alto.

Según Darrow, Miller fue muy paciente con él, ya que algunas escenas que el escritor describía en tan sólo una viñeta, terminaron convertidas en paneles que ocupaban páginas completas. Aunque Hard Boiled es considerada una obra menor frente a los anteriores trabajos de Miller, les valió a ambos el premio Eisner en 1991 en la categoría de Mejor Escritor/Dibujante. Posteriormente, Darrow incursionó en el mercado de los juegos de rol, al ilustrar proyectos de sci-fi como Underground y el juego de tarjetas Magic: The Gathering.

 

Con un nuevo proyecto en mente, Miller contactó al dibujante y en 1995 crearon juntos los dos álbumes de la miniserie The Big Guy and Rusty the Boy Robot, una suerte de homenaje-parodia al Astro Boy de Ozamu Tezuka y al cine de kaijus. Esta vez Miller dio plena libertad al artista, únicamente planteándole las situaciones importantes que debían ocurrir en la historia. Así, Darrow diseñó las secuencias y tras ello Miller puso los diálogos, trabajando de una forma muy parecida a la de Jack Kirby y Stan Lee, en lo que se conoce como el Estilo Marvel.

Los dos álbumes que componen la serie no se parecen en nada al trabajo usual de Miller, pues no hay violencia explícita, personajes profundos ni subtramas, y podría decirse que es una obra dirigida a un público más joven del que habitualmente busca el escritor. Eso sí, el aspecto visual es sumamente grato, viñeta a viñeta desbordan los detalles, el trazo limpio al que Darrow ha acostumbrado sus seguidores luce a plenitud. La historia, aunque ligera, no decepciona. Miller y Darrow han encontrado el equilibrio perfecto entre lo narrativo y lo visual. Gracias a su trabajo en esta obra, en 1996 Darrow ganó su segundo premio Eisner, esta vez en la categoría de Mejor Dibujante/Entintador.

 

Aunque la saga no continuó como cómic, sí lo hizo con una serie animada de 26 episodios que respetó el crédito de ambos como creadores, además de que se sabe que Miller y Darrow escribieron algunos de los capítulos.

Años más tarde, dos chicos que admiraban Hard Boiled contactaron a Darrow para encargarle el arte conceptual de su nuevo proyecto cinematográfico: Matrix. En 1999, los hermanos Wachowsky estrenaron la primera parte de la trilogía en las salas cinematográficas, la cual adquirió de inmediato éxito y fama internacional.

En años recientes Darrow creó un par de personajes: Doc Frankenstein, cuyo título inició en 2004 y en el que tan sólo tiene el crédito de cocreador, dibujando únicamente el cuarto número de la serie, al lado del artista Steve Skroce. El segundo personaje es Shaolin Cowboy (inspirado en el actor japonés Shintaro Katsu), un monje shaolin deshonrado que enfrenta a los más surrealistas enemigos por las razones más incoherentes. Las historias de este personaje tienen el mismo tono que las de Bourbon Thret, su primer personaje, pues el mayor interés de Darrow es que el guión sea un buen pretexto para dibujar cuanta imaginería pase por su mente. Los primeros siete números de Shaolin Cowboy se publicaron entre 2005 y 2007, y la serie le hizo acreedor al Eisner en la categoría de Mejor Escritor/Artista de 2006.

 

En 2012 recibió el premio Inkpot, honor que se otorga a artistas de diversos medios por su contribución a la cultura pop, y en 2013 retomó Shaolin Cowboy a partir del punto donde se había quedado, con páginas llenas de esos espectaculares detalles que tanto lo caracterizan.

Aunque Geof Darrow es una de las grandes estrellas del medio del cómic, la enorme meticulosidad que pone en su trabajo hace que sea particularmente lento, por lo que su obra secuencial es más bien poca y es más conocido por su trabajo como portadista en títulos como Transmetropolitan, Concrete, Marvel Zombies y Deadpool, entre muchos otros.

Los seguidores del artista esperamos que, aunque se publique de forma paulatina, todavía quede mucho trabajo por ver de este maestro del barroco secuencial.

 

Author: Jorge “Gorka Olachea” Cervantes

Fundador y coordinador del extinto club de cómics GRAPHOfilos en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y del encuentro cultural universitario Arte9. Portadista, dibujante, diseñador y editor recurrente en la historieta independiente El Monito, fue colaborador en diversas secciones de la revista MAD México. Aficionado al cómic europeo, se desempeña profesionalmente como ilustrador, diseñador gráfico y coordinador de eventos.

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