Los viajes de Sdubi: un héroe intergaláctico a la mexicana

Por Eduardo Arredondo Bazán. Publicado originalmente en Comikaze #5 (mayo de 2009)

En la primera mitad de los 80, mientras el mundo celebraba los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 84 (junto con el famoso 1-2 de los mexicanos Ernesto Canto y Raúl González en marcha de 20km), en nuestro país sucedían grandes cosas, como la invasión de grupos españoles y argentinos en lo que una década después se conocería como Rock en tu idioma También fue el año en que México perdió a uno de sus más grandes héroes: Santo, el Enmascarado de Plata.

Y es en medio de este escenario que gracias a la extinta editorial Arjoma nació el título Los viajes de Sdubi, aventura ultra-espacial, una publicación de manufactura mexicana, creación de Gerardo Acevedo mejor conocido como Boqui, quien con sólo catorce años se hizo cargo del argumento y arte de cada número. Mención aparte merecen las exquisitas portadas del maestro Enrique Robledo, famoso ya por sus portadas para Simón Simonazo y SúperChiss. Aunque las cubiertas de Robledo para Los viajes de Sdubi no tenían nada que ver con las historias de su interior, eran muy ricas en detalle y con un gran manejo de los colores.

Esta revista contó con tan sólo siete números, en los que gracias a la imaginación del joven Boqui se mostró todo un universo plagado de aventuras y personajes fuera de serie (como diría el mismo editor de la revista, Arnulfo Flores Muñoz), con un estilo gráfico muy particular que nos recuerda más a la escuela europea de dibujo que a la norteamericana (predominante en aquella época) y que a más de uno agradó por la sencillez de sus trazos.

Sdubi era el personaje central en esta serie de cómics, y se nos presentó como un ser creado con el único fin de viajar por toda clase de  mundos posibles en busca de aventuras, de las que sale siempre victorioso gracias a su ingenio (para el número cuatro es tal la fama del héroe que un enorme cíclope verde huye en cuanto recuerda su nombre). Este viajero espacial parecía una especie de Twinky Wonder con gafas oscuras y sombrero vaquero, y por emblema llevaba en el pecho dos franjas, que según su creador (un ser omnipotente llamado Súper Astro) representaban su oficio de aventurero.

Reconocido en varios mundos por ser un gran combatiente cuerpo a cuerpo, un estratega muy hábil con las armas y de buen corazón, Sdubi sembró amigos y uno que otro rival a lo largo de sus historias. Y como todo héroe que se de a respetar, Sdubi tenía un compañero o patiño en sus viajes que por lo regular puso la nota cómica en cada una de sus andanzas: se trata de Litet a quien nuestro héroe conoce desde el primer número. Otros personajes serían Patum (rival de Súper Astro), el Doctor Slak, el cruel Yor y Dova, el amor de la vida de Sdubi.

Las historias que nos encontramos en cada número eran contadas de manera sencilla y hasta un poco inocente, pero era muy buenas y con mucha imaginación, además de que brindaban al lector la oportunidad de aprender algo y madurar, como es el caso de Mensaje a Sporak, que nos recuerda que nunca debemos sentirnos menospreciados, ya que de una u otra forma nuestra vida es importante para los demás.

 

Boqui amenizó el título con un lenguaje accesible para todos los jóvenes de aquella época, logrando una conexión entre el autor y el lector al que iba dirigido este cómic. Uno de los aciertos del autor fue anteponer palabras como cosmo o astro al vocabulario común (por si las cosmo moscas o astro zapatero a tus cosmo zapatos) para darle un efecto futurista o de otro mundo al argumento, pero sin dejar de sonar muy coloquial.

Cabe subrayar que desde el inicio de esta publicación, Boqui buscó darle a Sdubi una filosofía, ya que al igual que cierto amigable vecino que se columpia por Nueva York, este aventurero contó con un lema que ilustraba su ideología y que le ayudó a cerrar cada uno de los episodios. Me refiero a la frase ¡Siempre hay algo más!, que invitaba al lector a no perder nunca la fe o el entusiasmo ante los problemas o adversidades.

Es probable que la mayoría de los lectores jóvenes que leen estas líneas no conocieran a este divertido personaje hace más de 30 años, pero quiero suponer que los que sí lo hicieron se divirtieron mucho al adentrarse en un universo lleno de aventuras de la mano de Sdubi.

Alguna vez escuché el rumor de que el autor tenía la intención de publicar nuevamente su obra (por el momento ha subido nuevo material a http://www.losviajesdesdubi.com/). Sé que los tiempos han cambiado y que tal vez ese deseo se vea más lejano que nunca, pero si algo nos ha enseñó Sdubi fue a no darnos por vencidos y a creer que todo es posible si uno no desiste de su meta.  Si uno está dispuesto a arriesgarse en esta gran aventura llamada vida… ¡siempre hay algo más!

Dato Comikaze

+ Poco después de la desaparición de Los viajes de Sdubi, el personaje apareció en un número de la famosa historieta paródica Simón Simonazo.

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Author: Eduardo Arredondo

De carácter complejo, pero bueno en el fondo, es lector de “cuentitos” desde antes de aprender a leer, un eterno enamorado del noveno arte en todas sus formas, así como un incansable promotor del mismo. Ha dado charlas sobre juguetes, coleccionables y cómics en escuelas, convenciones y alguno que otro evento. Confía más en los perros que en las personas.

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