Enki Bilal o La melancolía en colores

Por Jorge Cervantes. Publicado originalmente en Comikaze #31 (mayo de 2016)

 

En 2002 el Museo de Louvre exhibió por primera vez la obra de un autor de bande dessinée con la exposición Los fantasmas del Louvre, donde el artista se aventuró a revelar las caras de algunos de los etéreos visitantes del lugar. ¿Quién es el dibujante que tuvo el privilegio de exponer junto a los grandes artistas de la historia?

 

Mas todo eso no vale el veneno que fluye de tus ojos…

Enes Bilal, llamado cariñosamente Enki por su madre checa y su padre bosnio, nació el 7 de octubre de 1951 en Belgrado, actual capital de Serbia. En su infancia disfrutó leyendo cuentos de Disney que aparecían en un suplemento del periódico local. Asistía a la escuela, jugaba fútbol, y apareció como un dibujante espontáneo en un cortometraje izquierdista. Cuando tenía nueve años, su familia huyó a París para reunirse con su padre, que años antes buscó asilo en esa ciudad. Allí, el joven Enki conoció la revista Pilote, que lo inspiró a convertirse en autor de historietas. Decidido a publicar en ella, se presentó en la redacción, donde René Goscinny, cocreador de Astérix y dibujante de Lucky Luke le aconsejó seguir preparándose. Bilal ingresó a la Facultad de Bellas Artes, pero a los tres meses se aburrió de las clases y abandonó la escuela.

 

de tus verdes ojos…

Para 1971, con casi 20 años, Bilal ganó un concurso organizado por Pilote, y a partir de 1972 publicó con regularidad en sus páginas. Su primer colaboración firmada fue Le bol maudit, de sólo siete páginas.

Además de colaborar en la revista, durante los años siguientes ilustró portadas de libros de ciencia ficción para el sello Gallimard, y colaboró por primera vez en la mítica Metal Hurlant con la historia en blanco y negro Crux Universalis.

Tuvo oportunidad de colaborar con el guionista Pierre Christin en una serie titulada Legendes d’aujourd’hui (Leyendas de hoy), y aunque le exigió una ardua labor investigativa que poco alentaba su vena fantástica, encontró satisfactorio el trabajo y su relación con el guionista se convirtió en la más fructífera de su carrera.

 

 

lagos donde mi alma tiembla y se ve invertida…

Bilal ha declarado que la inspiración de sus grises atmósferas viene de los mundos turbios y descuidados de H.P. Lovecraft, además de ser gran admirador de Philip K. Dick y de Stanley Kubrick, en particular de 2001: A Space Oddysey, que ha visto decenas de veces.

En 1980, ya con un nombre en el mundo de la historieta francesa, publicó La foire aux immorteles (La feria de los inmortales), historia futurista de su total autoría donde narra las intrigas en que se ve envuelto Alcide Nikopol, un luchador social que despierta por accidente de su encarcelamiento criogénico, lo que Horus, dios egipcio extraterrestre, y Jean-Ferdinand Choublanc, un dictador, tratan de aprovechar para impulsar sus egoístas y desmesurados deseos de poder. Las dos secuelas, La Femme Piège (La mujer trampa) y Froid Équateur (Frío Ecuador), se publicaron en 1986 y 1992, formando la llamada Trilogía Nikopol.

 

Llegan mis sueños en tropel…

Durante los 12 años que le tomó completar la trilogía, Bilal publicó también Partie de chasse (Partida de Caza) al lado de Pierre Christin. En ese mismo periodo incursionó en el cine, donde trabajó en dos ocasiones para Alain Resnais. En 1980 ilustró el cartel para Mon oncle d’Amerique (Mi tío de América) y en 1982 realizó decorados sobre vidrio, diseño de vestuarios, y el cartel de La vie est un roman (La vida es una novela). También diseñó la criatura de The Keep (1983), de Michael Mann, y junto a otros autores de historieta europea realizó en 1986 diseño de escenarios para Der name der rose (El nombre de la rosa), de Jean-Jacques Annaud.

Con sólo 35 años de edad Bilal fue galardonado con el Gran Prix de la Ville d’Angoulême de 1987 por su contribución a la evolución del medio historietístico. Dos años después exhibió su primer largometraje, Bunker Palace Hotel, rodado en Belgrado, aunque no tuvo mucho éxito.

 

para abrevar en esos dos abismos amargos.

En 1994, dos años después de terminar la Trilogía Nikopol, hizo el arte para la exposición Bleu Sang (Sangre azul), cuyo libro recopilatorio fue utilizado a modo de epílogo. Los cuadros muestran escenas de bellos momentos íntimos de sus protagonistas, donde el artista exploró técnicas como el carboncillo y el óleo. Bilal se enfocó entonces en la realización de su nuevo filme, Tykho Moon, estrenado en 1996 con una taquilla tan pobre como la de su primera cinta.

En 1998 publicó Le sommeil du monstre (El sueño del monstruo) primera parte de una tetralogía. La historia sucede en un futuro próximo, donde Nike Hartzfeld, un especialista en memoria, recuerda sus primeros 18 días de vida e intenta reencontrarse con otros dos huérfanos que nacieron junto con él durante el asedio a Sarajevo en 1996. La historia presenta a un terrible adversario llamado Warhole, líder autoimpuesto del movimiento radical Obscurantis Order, cuyo único objetivo es exterminar el libre pensamiento, la ciencia, la cultura y la memoria. Años después Bilal encontró un terrible parecido entre el ataque terrorista a la Torre Eiffel que ocurre en esa historia y el acto contra el World Trade Center de Nueva York, lo que parece haber afectado el final y extensión de su obra, originalmente concebida como trilogía. Aun así, la emotividad  de Bilal se filtró en cada viñeta, al igual que las declaraciones ideológicas de la historia y sus recargadas escenas futuristas, más adecuadas para un museo de arte contemporáneo que para una historieta.

 

En 2004, Enki dirigió su tercer filme, Immortel, adaptación libre de sus álbumes La foire aux immorteles y La Femme Piège, filmada en inglés con intención de entrar al mercado angloparlante. Esta cinta tiene entre sus méritos ser una de las primeras con un elenco de carne y hueso en un entorno completamente digital. La expectativa generada por la adaptación se dejó ver en las taquillas y tuvo más de medio millón de espectadores en su primer fin de semana, pero esto no ayudó a recuperar los 22 millones de euros que costó su producción.

Aunque construyó su carrera con argumentos futuristas, no se considera un autor de ciencia ficción. Para él, sus historias son reflexiones del mundo actual, desplazadas al futuro. Sublime, único y disfrutable, Enki Bilal es un creador completo que propone un arte clásico empapado de modernidad.

 

 

Dato Comikaze

Bilal fue centro delantero del Mickson Club, equipo de fútbol compuesto por artistas de la revista Pilote.

En 1990 el coreógrafo Angelin Preljocaj lo invitó a diseñar la escenografía y el vestuario de su adaptación del ballet Romeo y Julieta.

Author: Jorge “Gorka Olachea” Cervantes

Fundador y coordinador del extinto club de cómics GRAPHOfilos en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y del encuentro cultural universitario Arte9. Portadista, dibujante, diseñador y editor recurrente en la historieta independiente El Monito, fue colaborador en diversas secciones de la revista MAD México. Aficionado al cómic europeo, se desempeña profesionalmente como ilustrador, diseñador gráfico y coordinador de eventos.

Share This Post On

Submit a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *